







El mercado era un lugar al que no volvía hacía muchos años, pero conservaba en mi cabeza todavía los olores entremezclados de frutas, tubérculos y vegetales; el eco especial del sitio, y algunas instantáneas de mis visitas de niño. La aproximación al lugar, sin embargo, no me dejó muy contento; no fue posible recavar mucha información sobre lo que sucede allí, aparte algunos comentarios de los ayudantes.
Las fotos arriba fueron tomadas en formato digital, a pesar de que la mayor parte del trabajo se hizo en formato análogo. Las publicaré más adelante: el trabajo de post-producción es mucho más dispendioso (y tanto más satisfactorio).