viernes, 30 de octubre de 2009

Paradoja de Jevons

Conservación es la palabra de moda en estos días; sirve tanto para exaltar la virtud personal en una sociedad ansiosa de valores a medio hacer como para propulsar campañas políticas y estrategias de mercadeo. y realmente es la dirección adecuada, si bien es apenas el punto de partida de un largo camino que, a buena hora, han decidido recorrer algunos líderes de las comunidades científicas, económicas, políticas y culturales alrededor del mundo. son líderes, pero no son necesariamente los más poderosos.
El desafío energético mundial tiene dos frentes de acción: por un lado el fomento para la creación de políticas energéticas sólidas y amplias en el corto, mediano y largo plazo; por otro, la acción de conservación misma en cada uno de los hogares y a la que sólo se llega cuando logramos construir un panorama completo de la situación en nuestras cabezas. no sé de dónde provenga el interés generalizado en la sociedad por la implementación de tecnologías más limpias y seguras hacia el medio ambiente en el siglo XXI, no sé si es fomentado por una ola de información o, al contrario, por una desinformación que se conjuga perfectamente con la perenne crisis de la sociedad contemporánea; en todo caso el resultado es el mismo: la crisis energética se profundiza a cada instante, sólo que ahora creemos que lo que estamos haciendo, cuenta.
El economista inglés del siglo XIX William Stanley Jevons observó que la creación de una máquina de vapor a carbón más eficiente energéticamente incrementó, en lugar de disminuir, la demanda de combustible de su país; y los resultados de esta observación dieron lugar a lo que se conoce hoy como la Paradoja de Jevons: "Es una confusión de ideas suponer que el uso económico del combustible es equivalente a un consumo disminuido, la verdad es todo lo contrario", ésta es la realidad dramática confirmada por más de un siglo de hechos científicos: mientras más energía ahorremos, más vamos a usar. aplicable, por supuesto, a los dos lados del espectro: las políticas públicas tendientes a la aplicación de tecnologías más amigables con el medio ambiente no significarán nada si la demanda energética de la sociedad sólo espera seguir creciendo (hasta 50% para 2030 según la World Energy Outlook 2008).
Instalar esos bombillos ahorradores puede hacernos sentir muy bien, pero al final la única manera de conservar la energía es apagándolos cuando salgamos de la habitación.
Ulterior información:
National Geographic. Energía del futuro, edición especial de marzo de 2009
The Coal Question, William Stanley Jevons.

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